Por Publicado el: 22/12/2021Categorías: General

Liderazgo de equipos de trabajo: gestión del error

Cuidar a tu equipo está matando tus resultados

A menudo solemos cuidar a nuestros equipos para que no se quemen. Tratamos de salvarlos de cometer errores, los aconsejamos sobre qué decisiones tomar, corregimos los informes o mails antes que salgan del equipo; pero, ¿cuánto de esto está realmente ayudando al equipo?

gestionar equipos de trabajo

Muchas de estas acciones las realizamos pensando en no exponer al equipo, no queremos que se sientan mal por haber “cometido un error”; otras porque es nuestra propia imagen la que está en juego (o al menos así lo vemos). Si el equipo comete un error, somos nosotros, como líderes del equipo, los que pagamos los platos rotos.

Incluso, a veces consideramos que al no dejar pasar errores agilizamos el trabajo para que las cosas se hagan más rápido y así evitemos demoras en la entrega de resultados.

Sea por la razón que sea, este tipo de acciones conllevan aspectos que, si observamos con un poco más de detalle, podríamos ver que no son tan favorables.

  • Dependencia

Si bien podemos garantizar el obtener resultados en la tarea en particular que estamos “salvando”, somos nosotros lo que nos encargamos de que lo que hace el equipo este bien. Y así, el equipo empieza a generar dependencia de nosotros al punto que cuando nos tomemos vacaciones, nos enfermemos, tengamos una emergencia familiar, o por cualquiera sea la razón debamos ausentarnos un tiempo del trabajo, nuestro equipo queda sin la posibilidad de entregar resultados, a la espera de nuestro ok para hacerlo.

  • Tiempo perdido

Revisar y rehacer el trabajo de mi equipo es hacer un trabajo dos veces. Nos quita tiempo que podríamos dedicar a otros aspectos de nuestro trabajo, nos sobrecarga de tareas para las cuales habíamos contratado a alguien. Si las vamos a revisar y rehacer estamos perdiendo tiempo y dinero.

  • Límite al crecimiento

Lo más probable es que parte de la revisión se enfoque más sobre cómo nos gustan las cosas, que en si contienen errores fundamentales. Terminamos alineando las tareas a cómo nos gusta que se hagan, lo cual atenta contra la creatividad e innovación de nuestro equipo. Transformamos la multiplicidad de miradas que nos podría aportar el equipo a simplemente una extensión de nuestro cerebro, y no damos lugar a nuevas ideas.

  • Oportunidad de aprendizaje

Si no permitimos que el equipo cometa errores, no permitimos que aprendan de ellos. Aquello que no saben hacer hoy no lo van a saber hacer mañana, reforzando así la necesidad de una supervisión para que las cosas se hagan.

¿Cómo salimos de esto?

Tener un equipo nos permite ampliar los resultados y el alcance de los mismos, pero esto es posible sólo si confiamos en el equipo y el trabajo que produce. Si creemos que tenemos que revisar su trabajo probablemente debamos revisar nuestra forma de contratar, porque estamos incorporando a las personas equivocadas.

Liberar el potencial de nuestro equipo requiere hacer un par de apuestas. Sí, se van a cometer errores, ¿no los cometemos nosotros acaso?; pagar un pequeño costo hoy, es la inversión que podemos hacer para no pagar costos eternamente. Más importante que no cometer errores es saber aprender a hacer cuando los cometemos.

Acompañar al equipo a aprender a resolver problemas sin darles la solución, nos ayuda a incrementar el potencial del equipo, a responder ante situaciones no previstas y encontrar nuevas formas de hacer que incrementen nuestros resultados.